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Con versiones en inglés, español, francés y alemán, la acción marca el inicio de una nueva agenda para la autodefensa de los pueblos indígenas

Un nuevo vídeo difundido hoy en las redes sociales cuestiona si los gobiernos y las empresas actúan para defender o destruir la Amazonia, masacrando a los pueblos nativos que habitan el bioma desde hace siglos. En una parodia de las noticias cinematográficas producidas durante la Segunda Guerra Mundial, el vídeo de la Guerra del Clima muestra qué sectores productivos están contaminados por actividades ilegales que deforestan, queman, contaminan los ríos y matan a los indígenas. Y presenta a Jair Bolsonaro como un enemigo del clima que debe ser detenido y responsabilizado por sus crímenes antes de que las consecuencias sean demasiado graves para todo el planeta.

El formato elegido, que recuerda a la Segunda Guerra Mundial, pretende explicitar que no se trata de una crítica a un país, sino a un gobernante. Al igual que los crímenes de la Segunda Guerra Mundial se atribuyeron a los líderes de los gobiernos implicados (algunos de los cuales incluso fueron juzgados y condenados), el vídeo de las Guerras Climáticas atribuye los crímenes que se están cometiendo en la Amazonía a Bolsonaro y no a Brasil. En otras palabras, el punto central del video es la responsabilidad de Jair Bolsonaro por el ataque al clima global, la biodiversidad de la selva y la vida de los pueblos nativos. Demuestra que estar del lado de la Amazonia es una actitud patriótica, de defensa del país, para garantizar un Brasil vivo y viable para los brasileños.

A pesar del tono de sátira, relacionar la devastación medioambiental y el avance de las fuerzas económicas y criminales sobre los bosques brasileños con una guerra no es una exageración. Garimpeiros, madereros e invasores de tierras demarcadas son un verdadero ejército de destrucción, invadiendo territorios que no les pertenecen legalmente, alentados por Jair Bolsonaro. Además de una amenaza inmediata para la supervivencia de los pueblos indígenas, suponen un riesgo global debido a las consecuencias climáticas de la destrucción de la mayor selva tropical del planeta.

Las Guerras Climáticas también marcan el inicio de una nueva agenda de autodefensa para los pueblos indígenas. Después de la pandemia, continuarán los diálogos directos con los gobiernos y parlamentarios europeos y norteamericanos, así como un acercamiento con China a finales de este año. «Queremos que apoyen a Brasil, pero de la manera correcta, que es ayudándonos a detener la destrucción de nuestros ecosistemas, recursos naturales y del propio clima», declaró Sônia Guajajara, de la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil-APIB, que difundió el vídeo en sus redes sociales.

Fruto de la colaboración de activistas y artistas brasileños -personas que apoyan la lucha de la APIB y comprenden la gravedad y las consecuencias de la política medioambiental del gobierno de Brasil- el vídeo tiene versiones en inglés, español, francés y alemán. No le quita mérito a los autores por dos razones: primero, porque el foco debe estar en el mensaje del video, no en las personas; y segundo, por la supuesta persecución de activistas que el gobierno federal ha estado promoviendo con el uso de instrumentos estatales y paraestatales.

Bolsonaro quiere forzar la evangelización de los pueblos indígenas. Ha atacado nuestros derechos en el Tribunal Supremo, defendiendo el tema de los plazos. Se empecina en luchar contra el término pueblos indígenas, sin entender que sí, somos brasileños y también somos indígenas. Ninguna tierra indígena -a pesar de más de 600 procesos- ha sido demarcada y muchos pueblos han sido expulsados por la fuerza de sus territorios. Ibama, ICMBio, Funai fueron desmantelados y perdieron presupuesto. Todo pasó a manos del ejército, que era incompetente, mientras que la deforestación y las quemas batieron los récords de la década. El Fondo Amazónico se detuvo, perdimos el acuerdo con la Unión Europea y los inversores amenazan con quitar el dinero a las empresas brasileñas. Todo esto es el Bolsonaro y su política que nadie entiende, ni quien está a la derecha.

APIB DEFIENDE UNA AGENDA CAPAZ DE PRESERVAR LA SELVA Y LOS INTERESES DE BRASIL

7 Puntos de demanda de la APIB

Una moratoria de cinco años sobre la deforestación en el Amazonas.

Aumento de las penas por deforestación y otros delitos medioambientales, incluida la congelación de los bienes de los 100 peores delincuentes.

Reanudación inmediata del PPCDAm – Plan de Acción para la Prevención y el Control de la Deforestación en la Amazonia Legal, archivado por el gobierno de Bolsonaro.

Demarcación de tierras indígenas y quilombolas y creación, regularización y protección de Unidades de Conservación.

Reestructuración de los organismos federales responsables de la protección del medio ambiente y de los derechos indígenas (Ibama, ICMBio y Funai).

Imposición del Código Forestal (principalmente la modificación de 2018 para penalizar la producción en terrenos ilegales)

Construcción de un marco legal para la trazabilidad de la cadena de suministro, con el fin de dar transparencia a los actores comerciales internacionales y nacionales.

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