Via El Independiente
Al correísmo no le gusta que el líder del movimiento Pachakutik, Yaku Pérez, nacido Carlos Ranulfo Pérez en Cuenca hace 52 años, se haga llamar Yaku Sacha (agua del monte, en quechua). A Juan Carlos Monedero, cofundador de Podemos que ha estado en Ecuador en las recientes elecciones presidenciales como observador, tampoco. Hay una izquierda en Ecuador, ecologista y feminista, que no gusta a Podemos. Es una amenaza para el candidato del correísmo, Andrés Arauz, que representa la verdadera izquierda progresista, antes bolivariana.
En una entrevista con Orlando Pérez, en su programa En clave política, Monedero, decía después de la primera vuelta electoral. «Mi gran sorpresa es que una persona que he leído, ojalá me equivoque, que ha tenido concesiones mineras se cambia el nombre, porque toda su vida se ha llamado Carlos Pérez y ahora se llame Yaku Pérez. Cambiarte el nombre es una trampa, está queriendo engañar. Ahora se presenta como ecologista, antiminería, ecologista, pero tenía concesiones, o eso he leído». Orlando Pérez jalea a Monedero, con quien se ve que comparte visión del mundo.
«Yo he visto a quienes estaban a su alrededor y no había indígenas y por la composición social que se veía, no eran indígenas, porque era gente de clase media alta. ¿De dónde emerge Yaku Pérez sino de la constatación de la candidatura de Lasso, que no podía ganar?», añade Monedero en esta entrevista En Clave Política.
La contestación más contundente se la dio el ex guerrillero y miembro de la Comisión Nacional Anticorrupción Juan Cuvi en un artículo titulado Lo que nos faltaba: una izquierda franquista: «Su discurso descalificador contra Yaku Pérez es una loa al franquismo: por racista, supremacista y colonialista. Monedero sería feliz exhibiendo a Yaku Pérez en una jaula, ataviado con plumas y taparrabo, para así poder honrar su condición de indígena. Como hicieron los Reyes Católicos hace cinco siglos».
En realidad, Monedero se expresa en la misma línea paternalista que Rafael Correa expuso repetidas veces durante su época en el poder. «Es la segunda vez que visito nuestros pueblos originarios. Pero por ahí, como hay dirigentes indígenas que no tienen espacio de poder, que no pueden dominarnos, que no hacen lo que les da la gana, disque somos enemigos del pueblo indígena. ¡No! Somos muy amigos del pueblo indígena, miren cuantos indígenas hay aquí en Imbabura. Es una de las provincias con mayor porcentaje de indígenas que hay en el país y donde mayor porcentaje de votación sacamos en las últimas elecciones, ahí está la respuesta para tanta falsedad ¿verdad? Lo que pasa es que nosotros no vamos a aceptar que nadie, por bravito que se crea, imponga su agenda».
La alternativa son los míos
Monedero habla de «relatos alternativos que den esperanza». Pero no se refiere al de Yaku Pérez, porque, según su teoría, este tipo de fuerzas nacen del modelo liberal para fragmentar a la candidatura alternativa.
«Es muy complicado luchar contra una candidatura que sale de tu propio cuerpo cuando todos los medios la apoyan», dice Monedero, que reproduce palabra por palabra los argumentos que utilizó el ex presidente Rafael Correa en una entrevista en su programa La Frontera.
Para Correa eso de que haya más de tres o cuatro fuerzas compitiendo políticamente no es democracia, sino un gasto y una pérdida de tiempo. «La democracia tiene sentido si contribuye al desarrollo», sentencia Correa, quien no podía competir en estas elecciones por haber sido condenado por corrupción.Hay que entender a Podemos con la idea del amigo/enemigo, y un tercer actor ahí no tiene cabida. La política populista es, sobre todo, maniquea»
Para el correísmo, y para Podemos, es un caso de persecución política, lo que denominan lawfare (connivencia de jueces y otras instituciones para dinamitar las opciones políticas de los partidos progresistas).
«Hay que entender a Podemos con la idea del amigo/enemigo y un tercer actor no tiene cabida. Correa es de los suyos. Si no estás con Correa, estás contra ellos. La política populista es, sobre todo, maniquea. Yaku Pérez representa una tercera opción. Para ellos no tiene cabida», afirma Francisco Sánchez, director del Instituto de Iberoamérica.
La indígenofobia de Correa
¿Cuál es el problema con Yaku Pérez? El problema se llama Rafael Correa, quien pretendía que su candidato, Andrés Arauz, ganara en primera vuelta. Y Pero no ha superado el 40% y más de diez puntos con respecto al segundo. Con tantas opciones, el ciudadano puede elegir más allá de su enemigo declarado, el neoliberalismo, y entonces surgen los problemas. Las alternativas.
Correa no olvida cómo Yaku Pérez dijo en 2017 que prefería «un banquero a una dictadura». Y añadía que se refería al gobierno de Correa: «Nos ha despojado de nuestros territorios, nos ha declarado el estado de excepción, nos ha encerrado en la cárcel».
Como escribe la politóloga Sofía Cordero, en un artículo titulado Yaku, la larga espera, el triunfo de Correa en 2006 «significó la exclusión del movimiento indígena de la vida pública por parte del Estado. Transcurrieron diez años con Correa al frente en los que la CONAIE y Pachakutik, que había nacido en 1996 como brazo político-electoral en 1996, vieron los acontecimientos desde el margen, siendo víctimas de represión y persecución. El Estado plurinacional sin indígenas, nació como contradicción en la misma Asamblea Constituyente en donde la tecnocracia estrenaba curules en un lujoso complejo en Montecristi. Para que no queden dudas, el presidente Correa en su discurso de clausura advirtió sobre los peligros del izquierdismo, el ecologismo y el indigenismo infantil».
Lucha por pasar a segunda vuelta
En la primera vuelta, el 7 de febrero, el correísta Arauz ha obtenido más de tres millones de votos (32,72%), insuficiente para evitar una segunda convocatoria. Los otros dos candidatos, el banquero Guillermo Lasso, y el abogado Yaku Pérez, han librado una enconada batalla por el segundo puesto.
El último dato del Consejo Nacional Electoral apunta que Lasso tendría el 19,74% de los votos y Pérez un 19,38%. Queda solo la posibilidad de apelación. Pero todo indica que Lasso competirá por Arauz el 11 de abril por la Presidencia. En todo caso, Pachakutik será la segunda fuerza parlamentaria y ejercerá de oposición en el Legislativo.
Ecuador es uno de los países de Latinoamérica con peores datos en contagiados y muertos por coronavirus con más de 215.000 casos y más de 15.000 fallecidos, según los datos de la Universidad Johns Hopkins. La contracción de la economía ronda los diez puntos, de modo que el voto de protesta ha sido relevante.
Yaku Pérez reclama un recuento parcial, al que Lasso primero accedió y luego se retractó. El cuarto clasificado, Xavier Hervás, de Izquierda Democrática, con más del 15%, también reclama que se vuelvan a revisar los votos.
Yaku Pérez encabeza una marcha que ha partido del sur del país, Loja, y se dirige a Quito. Llegará este martes a la capital y demandarán la revisión de los votos.
A Yaku Pérez le respalda gran parte del movimiento indígena, la poderosa Conaie (Confederación Nacional de Nacionalidades Indígenas de Ecuador). Es el candidato de Pachakutik, el brazo político-electoral del movimiento indígena ecuatoriano. Lidera Ecuarunari, la organización de los indígenas de la sierra. Su mensaje ecologista ha calado en los jóvenes, hartos de la polarización entre el populismo correísta y el mensaje conservador.
Al correísmo no le conviene que pase Yaku Pérez a segunda vuelta porque es un candidato más sólido que Guillermo Lasso, que cuenta con sólidos apoyos. Podría atraer a los votantes de Hervás, y a parte de los de Lasso incluso que le preferirían al regreso de Correa.
Yaku, años de lucha y oposición a Correa
O Monedero no lo sabe o prefiero ignorarlo, pero Yaku Pérez no es un recién llegado a la política. Y ningún indígena ecuatoriano duda de su indigenismo. Como ningún ecuatoriano ignora que sufrió represión y cárcel cuando estaba Rafael Correa en el poder. Durante su década como presidente, el movimiento indígena sufrió persecución por su lucha contra la extracción minera.
En los años 90 Yaku Pérez, doctor en Jurisprudencia especializado en justicia indígena, derecho ambiental y derecho penal, comenzó a participar en la Conaie. En 1996 fue elegido concejal de su ciudad natal, Cuenca. En 2002 participó en las protestas contra Lucio Gutiérrez por su intento de privatizar el agua.
Durante el gobierno de Correa, en 2011, le acusaron de sabotaje y terrorismo por una protesta contra el proyecto minero de Quimsacocha. Entre 2013 y 2019, lidera Ecuarunari (Ecuador Runakunapak Rikcharimuy, Movimiento de los Indígenas del Ecuador), la organización de los indígenas de la sierra. Participó en la primarias para las presidenciales por el Pachakutik en 2017 pero fracasó.
En 2019 fue prefecto de Azuay. Impulso una consulta contra la minería. Ese mismo año participó en el levantamiento indígena que rechazaba las exigencias del FMI y las exigencias económicas del gobierno de Lenín Moreno. Tras esas movilizaciones, su figura ganó popularidad y logró ganar la nominación a la candidatura presidencial.
«Yaku Pérez es más moderado y ha sabido vender bien su discurso, sobre todo a la gente joven, movilizada por el deterioro del medio ambiente. Ahora su voto es más transversal. También muchos jóvenes se inclinaron por Izquierda Democrática», señala Carlos Malamud, investigador senior en el Real Instituto Elcano.Podemos adora el becerro de oro del proyecto bolivariano. Para ellos su candidato es Correa o Arauz. Cualquier otra opción es demonizada»
Según Malamud, «Podemos está comprometido y adora el becerro de oro del proyecto bolivariano. Para ellos su candidato es Correa o Arauz, que es lo mismo. Cualquier otra opción es demonizada. A Yaku Pérez le tienen un miedo visceral. Los contactos los tienen con el correísmo y contactos quiere decir capacidad de incidir».
Correa, que se vincula a los bolivarianos o Socialismo del siglo XXI o Grupo de Puebla, despreció las demandas de los ambientalistas y tampoco defiende las reivindicaciones feministas como el derecho al aborto.
«Pachakutik y la Izquierda Democrática han sabido representar en clave no conservadora las críticas que se plantearon al correísmo desde múltiples sectores: movimientos de mujeres y LGTBQ, ecologistas, trabajadores, así como partidos conservadores y medios de comunicación», señala la politóloga Sofía Cordero en Revista Anfibia.
Cordero explica cómo la articulación internacional de las izquierdas latinoamericanas con particularidades en cada país no les interesa a quienes, como Podemos quieren crear un frente común. «Es una élite internacional que se aprovecha de esto sin internarse en cada país. Si Podemos se interesara realmente por lo que pasó en Ecuador, no necesitan más que en un par de horas para darse cuenta de las diferencias con Bolivia, para saber quién es Yaku Pérez y cómo ha gobernado Correa».
El vínculo entre los progresistas, como se presentan ahora los bolivarianos, también tiene implicaciones económicas. La mayor parte de estos partidos en Bolivia, Venezuela, Ecuador y España, han trabajado con la consultora mexicana Neurona, que se encargó de la campaña de Podemos. El juez Escalonilla investiga en España si Neurona es una tapadera para financiar a los bolivarianos. Juan Carlos Monedero está siendo investigado por una supuesta factura falsa de 26.000 euros y unos ingresos de 18.000 en su cuenta, procedentes de Neurona.
En una entrevista reciente, Yaku Pérez se describía como el portavoz de «una ideología de izquierda que no persigue y criminaliza la protesta social y amordaza a los periodistas, sino una ideología de izquierda que promueve el medio ambiente y el sentido de comunidad; una ideología de izquierda que no ve la naturaleza como algo inerte que se puede explotar, sino un ser vivo al que todos pertenecemos».
Defienden una economía social y solidaria, pero no rompe con el capitalismo. Todo gira en torno al ambientalismo. Están en contra de cualquier agresión al medio ambiente.
Quien fue pareja de Yaku Pérez, Manuela Picq, quien ha sido una figura relevante en el último tramo de la campaña electoral, ha dicho a la CNN, que el candidato de Pachakutik representa una opción que nada tiene que ver con la izquierda bolivariana, ya que el movimiento indígena es asambleísta y multipolar.
«Somos de izquierdas pero jamás autoritarios. La izquierda boliviariana es autoritaria. La izquierda de Yaku es una izquierda plural, porque los pueblos indígenas son diversos y pensar distinto es inherente a los pueblos indígenas. ES una izquierda que defiende el agua, es una izquierda de muchos colectivos, y una izquierda antiextractivista y contra la crisis climática», afirmaba.
Manuela Picq fue expulsada de Ecuador por el presidente Correa en 2015. Su delito fue participar en una manifestación del movimiento indígena siendo extranjera (es franco-brasileña).El retorno del correísmo será un ajuste de cuentas. Volverá el autoritarismo»
Es la esencia de este movimiento de izquierdas lo que hace tambalearse al correísmo. Como nos dice Sofía Cordero desde Quito, «la izquierda oficial ve una fuerte amenaza en Yaku Pérez, porque es una posición desde la izquierda. Apela a temas muy sensibles como los derechos ambientales. El correísmo es antiecologista. Con Correa se explotó a gran escala. Y se reprimió a los opositores al extractivismo. Otro tema sensible son los derechos de las mujeres: legalización del aborto, por ejemplo. También el derecho a la libertad de prensa. Es una línea de coartar las libertades. Es una tendencia autoritaria».
De ahí que haya miedo a que gane Arauz, por ende Correa. «El retorno del correísmo sería un ajuste de cuentas. Echarán por tierra las condenas que tienen en su contra. Y si acaban con la dolarización iremos hacia Venezuela. El dólar es lo que nos salva hasta ahora porque es estable y no pierde valor. Volverá el autoritarismo».