Síria. El Partido de Acción Comunista: una experiencia y una rica herencia política

Via Punto de Vista Internacional

Rateb Shabo, militante de la izquierda siria, fue encarcelado durante dieciséis años, en las décadas de 1980 y 1990 —tres de esos años los pasó en la tristemente célebre prisión militar de Tadmur—, por pertenecer al Partido de Acción Comunista (PAC), opuesto al régimen sirio[1].

Su más reciente libro, Un Récit du Parti d’Action Communiste en Syrie (1976-1992): un chapitre de l’histoire de la gauche (publicado en árabe bajo el sello editorial al-Maraya en el 2020) es una mirada imprescindible a la resistencia política progresista al régimen sirio de los años setenta a los años noventa del siglo xx.

De todos los partidos de izquierda opuestos al régimen sirio, la experiencia del pac es probablemente la más rica en términos de activismo y visión política. Este partido se caracterizó por sus debates y por sus estructuras internas democráticas y dinámicas, contrariamente a otras organizaciones de izquierda y comunistas, que carecían de pluralismo y tenían una herencia stalinista.

A lo largo de la historia del pac, diferentes tendencias políticas existieron en su interior, debatiendo sus análisis del contexto político, del tipo de intervenciones necesarias y de la mejor vía a seguir por el partido. Asimismo, la práctica política y la teoría del pac eran mucho más dinámicas, y no dogmáticas, en comparación con otros partidos de izquierda, la mayor parte de los cuales tenían sus raíces en la ideología stalinista. Desde sus orígenes, este partido se adhirió a un enfoque internacionalista, vinculando la suerte de las clases populares a través de la región y el mundo. La Unión Soviética no estuvo al margen de las críticas de los miembros del pac, en particular en lo que tenía que ver con su política hacia la región.

Los miembros del partido pertenecían a todas las etnias y a todas las religiones de Siria, lo que probablemente hacía de él el más diversificado entre los partidos de izquierda del país. De igual forma, las mujeres tuvieron una presencia significativa y creciente al interior de las filas del pac, aunque hayan estado en gran medida ausentes de los puestos de dirección. De manera paralela a la participación inicial de las mujeres en las primeras etapas del partido al seno de los “círculos marxistas” y de los grupos políticos colectivos, ellas jugaron un papel cada vez más importante en el curso de los diferentes periodos del partido. De igual forma, sufrieron múltiples campañas de detenciones por parte de los órganos represivos del Estado, sobre todo a finales de los años ochenta, mientras su número y su participación en el partido aumentaba. Como lo escribe Shabo, el número significativo de mujeres en las filas del pac y su activismo distinguían claramente al partido de los otros grupos de izquierda y comunistas, donde el papel de las mujeres era comparativamente menos importante.

Creación y desarrollo de las nuevas izquierdas

Para los regímenes sirio y egipcio, la Guerra de los Seis Días de 1967 representó una aguda derrota frente el estado de apartheid y colonial de Israel y anunció el fin de los movimientos salidos del nacionalismo panárabe. Egipto, Siria y otros fueron abandonando progresivamente sus antiguas políticas sociales radicales y antimperialistas. Sus métodos de desarrollo capitalista de Estado comenzaron a estancarse. En consecuencia, optaron por un acercamiento a los países occidentales y a las monarquías del Golfo y adoptaron el neoliberalismo, poniendo término a numerosas reformas sociales que les habían ganado popularidad entre los sectores obreros y campesinos.

Sin embargo, la devastadora derrota de los regímenes salidos del nacionalismo árabe en 1967 provocó, en primer lugar, una ola de radicalización al seno de los movimientos de izquierda y nacionalistas árabes, que para algunos ya había comenzado unos años antes, así como al interior de las dinámicas internacionales. Esto se reflejó, sobre todo, en la emergencia de organizaciones palestinas de izquierda, como el Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP), en 1967, y el Frente Democrático de Liberación de Palestina (FDLP), en 1969.

De manera paralela al ascenso de la resistencia política y armada palestina radical, otros países conocieron un desarrollo significativo de los grupos radicales. En Yemen, el Frente de Liberación Nacional (FLN), de orientación marxista, creado en 1963, formó la República Popular de Yemen del Sur (rebautizada más tarde como República Democrática Popular de Yemen) a finales de 1967, luego de cuatro años de lucha contra la ocupación colonial británica. Esta toma del poder inauguró la experiencia revolucionaria más radical de este periodo, pero con un impacto limitado en razón de la extrema pobreza del país.

En el mismo periodo, en la región vecina del Dhofar, el sultanato de Omán, un movimiento armado de emancipación social y nacional comenzó a desafiar el poder del sultán reaccionario, Said Bin Taimur, así como la influencia militar y política británica. El Frente de Liberación del Dhofar, un grupo separatista, entró en un proceso de radicalización orientado hacia el marxismo y se rebautizó como Frente Popular para la Liberación de Omán y del Golfo Arábigo en 1968.

En el marco de este proceso de radicalización se crearon igualmente otras organizaciones de izquierda más pequeñas en Líbano, Siria, Egipto y Túnez. El Partido Comunista Obrero Egipcio, nacido de esta nueva izquierda, jugó un papel importante en el “levantamiento del pan” de los días 18 y 19 de enero de 1977 en respuesta a una serie de medidas de autoridad puestas en marcha por el régimen de Anuar El Sadat, incluida la supresión de las subvenciones a los productos básicos.

En sus orígenes, la mayor parte de estos partidos políticos estaban ligados al movimiento nacionalista árabe presente en toda la región[2].

En su proceso de radicalización, argumentaron que la derrota de junio de 1967 era el resultado del socialismo “pequeñoburgués” promovido por el líder egipcio Gamal Abdel Nasser. Según ellos, solo los movimientos radicales y los enfoques fundados en el marxismo podrían vencer al sionismo, derribar a las monarquías autocráticas y mejorar las condiciones de vida de las clases populares.

Orígenes en Siria

Siria no ha estado inmune a estas dinámicas. En 1965, militantes baasistas sirios fundaron el Partido Obrero Revolucionario Árabe alrededor de Yassin Hafez y Elias Morqos, dos intelectuales que intentaron conciliar nacionalismo árabe y marxismo. Y al seno del Baath, jóvenes oficiales alineados en torno al general de izquierda Salah Jadid organizaron un golpe de Estado el 23 de febrero de 1966. Representaban al ala izquierda del partido Baath, que se mantuvo en el poder hasta que el ministro de Defensa de entonces, Hafez al-Assad, derrocó a Salah Jadid en 1970 a través de un nuevo golpe de Estado.

Fue en ese contexto que a mediados de los años sesenta se constituyeron los “círculos marxistas”, que más tarde dieron nacimiento a la Liga de Acción Comunista (LAC), en 1976, y al Partido de Acción Comunista (PAC), en 1981.

Esos “círculos marxistas” estuvieron en el origen de los grupos de discusión que se levantaron por toda Siria y en los que los participantes debatían cuestiones políticas del mundo árabe a partir de perspectivas y visiones marxistas. Cada círculo tenía su propia dinámica y al principio se desarrollaron de manera independiente. Sus miembros se coordinaban y actuaban colectivamente.

La mayor parte de los miembros iniciales eran estudiantes y antiguos nacionalistas árabes que habían entrado en un proceso de radicalización. Ellos y ellas buscaban luchar contra el autoritarismo, así como reflexionar en torno a una vía y una orientación política a seguir en Siria luego de la derrota de 1967. En 1974, los “círculos marxistas” estaban presentes en todas las grandes ciudades y en las universidades, al interior del ejército sirio, en los sindicatos y en las asociaciones profesionales, y en la región rural del Ghab, en la gobernación de Hama, que conoció importantes revueltas campesinas a finales de los años sesenta[3].

Los círculos, y luego las organizaciones que siguieron (lac y pac), contaron con varias publicaciones: La Bannière rouge, le Communiste L’Appel populaire, que se mantuvieron hasta 1991.

A finales del verano de 1976, después de tres grandes concentraciones[4], la LAC se formó con una treintena de delegados que representaban a más de 120 miembros. Se eligió un Comité Central compuesto por 15 personas que representaban a la dirección del nuevo partido, así como un comité de trabajo de cinco personas. La recién creada LAC se describió como “una facción marxista leninista cuya misión central es trabajar con el resto de las facciones marxistas leninistas en Siria para construir un brazo sirio del Partido Comunista Árabe, elevando la conciencia política, organizando y movilizando a la clase trabajadora y a sus clases aliadas con el fin de realizar la revolución socialista en el horizonte del proletariado internacional”.

Menos de un año más tarde, en marzo de 1977, el partido sufrió sus primeras oleadas de detenciones. Varias decenas de militantes fueron encarcelados en Damas, Hama, Alep y Lattaquié. Entre octubre de 1977 y abril de 1979 el partido sufrió otras cuatro campañas represivas. En mayo de 1978 nuevas detenciones por parte del servicio de seguridad del Estado sirio dejaron al partido sin una verdadera dirección, porque solo tres de los 11 dirigentes de la Liga estaban en libertad o todavía no habían sido detenidos.

A pesar de todo ello, la lac mantuvo sus actividades políticas. En septiembre de 1979 el partido eligió un nuevo comité de trabajo y publicó un programa de transición centrado en el objetivo de derribar al régimen sirio y establecer un gobierno democrático y revolucionario.

En agosto de 1981, se creó oficialmente el Partido de Acción Comunista (pac) durante una conferencia general que se desarrolló en Líbano con la presencia de 55 delegados, dos de los cuales eran mujeres.

El cambio de nombre no fue meramente simbólico, escribe Shabo. Era más bien el signo de la pérdida de esperanza en la capacidad de la Liga para unir y coordinar el trabajo y las actividades del Partido Comunista Sirio oficial y de sus grupos disidentes, sobre todo el Partido Comunista Sirio-Buró Político, dirigido por Riyad al-Turk[5],y de transformarse en partidos comunistas verdaderamente revolucionarios. En la lectura que Shabo hace del movimiento, los miembros de la conferencia decidieron que no había ninguna justificación política o teórica para retardar la creación formal de un “partido” político y del objetivo absoluto y la necesidad de clase que esto exigía. En el Comité Central, tres corrientes centrales quedaron representadas: la corriente trotskista[6], la corriente “moderada”[7] y la nueva corriente de izquierda[8].

El pac mantuvo sus actividades a lo largo de los años ochenta y hasta comienzos de los años noventa, antes de que las sucesivas campañas de represión del régimen sirio lograran aplastarlo. Una de las últimas acciones importantes del pac se remonta a 1990, cuando organizó a 300 madres, hermanas y cónyuges de miembros del partido encarcelados para que se manifestaran ante el palacio presidencial de Damas.

Dos años más tarde, las autoridades sirias detuvieron a Abd al-Aziz al-Khayyar, el último dirigente del pac que todavía no había sido encarcelado[9]. Otras 13 personas fueron igualmente detenidas en esa época por sus presuntos vínculos con el pac. Luego de todo ello, el partido prácticamente cayó en la inactividad. La caída de la Unión Soviética a comienzos de los años noventa tuvo igualmente consecuencias ideológicas sobre el pac: algunos de sus miembros se orientaron más hacia ciertas formas de liberalismo que hacia ideologías marxistas.

Sin embargo, durante la así llamada Primavera de Damas, a comienzos de la década del 2000, luego del ascenso al poder de Bachar al-Assad, un determinado número de antiguos miembros del partido jugaron un papel en la creación de “fórums”, salones de discusión y de debate a lo largo y ancho del país. En Damas, Munif Mulhem, antiguo miembro dirigente del pac, fundó el Fórum de Izquierda, que como otros foros, bajo la presión de los servicios de seguridad, debió cesar sus actividades.

En agosto de 2003 el pac anunció su regreso a la escena política, seguido de una nueva publicación: Maintenant. Sin embargo, para un buen número de antiguos militantes, el partido no representaba más las aspiraciones iniciales y los ideales de izquierda de los años sesenta y setenta.

Aunque el pac siguió existiendo a lo largo de las décadas de 2000 y 2010, numerosos miembros manifestaron su compromiso político contra el régimen de Assad en tanto que individuos, más que en nombre del partido. Siguieron jugando un papel al interior del levantamiento popular de 2011 a través de un abanico de grupos, colectivos, comités de coordinación y diferentes coaliciones de izquierda al seno de los movimientos de protesta popular.

Durante el levantamiento popular, el pac sostuvo el movimiento de protesta y fue uno de los miembros fundadores del Comité Nacional de Coordinación de las Fuerzas del Cambio Democrático en Siria. El principal dirigente del grupo en esa época, Abd al-Aziz al-Khayyar, fue desaparecido en el camino del aeropuerto a Damas al regreso de su visita a China, en septiembre de 2012. Muy probablemente fue secuestrado por las fuerzas de seguridad del régimen. No hay ninguna información sobre su suerte luego de ese momento.

La historia del pac por parte de Shabo es un relato importante sobre un partido político que no es bien conocido —o a menudo simplemente ignorado— por numerosos círculos progresistas en Siria y el extranjero. Las lecciones del pac no deben ser olvidadas, particularmente cuando examinamos y analizamos las estrategias y los errores de los grupos de oposición dominantes que surgieron luego de marzo de 2011.

Ni Assad ni los Hermanos Musulmanes: construir un “tercer campo”

Las décadas de 1970 y 1980 fueron testigos de un violento conflicto entre el régimen sirio y los movimientos fundamentalistas islámicos conducidos por los Hermanos Musulmanes (HM), que culminó con la espantosa masacre de Hama en 1982, en el curso de la cual las fuerzas del régimen sirio sitiaron la ciudad y mataron a varios miles de personas.

Según el relato de Shabo, las tensiones entre los dos campos constituyeron la primera “prueba política” de la lac, predecesora del pac. Durante mucho tiempo, la lac se opuso al régimen de Hafez al-Assad, al que consideraba un dictador corrupto, opuesto a la vez a los intereses de las clases populares y a la causa palestina.

La lac y el Movimiento de los HM, cuando menos objetivamente, compartían el mismo objetivo: derribar al régimen de Assad. Pero para la lac, la orientación política de los HM era problemática en razón de sus discursos y sus prácticas antidemocráticas y confesionales[10]. Los miembros de los HM no vacilaban en asesinar a personalidades alaouitas sin vínculo político directo con el régimen[11]

En junio de 1979, miembros de los HM y de la “Vanguardia Islámica” (ligada a los HM) cometieron una masacre asesinando a alrededor de 80 cadetes alauitas en la escuela de artillería de Alep..

La lac veía el conflicto entre esos dos campos −el régimen sirio y los HM− como una lucha entre dos facciones de la burguesía siria, una lucha que no era ni democrática ni “patriótica” al servicio de los intereses del país. Por un lado, estaba la burguesía burocrática dominada por el régimen; por el otro, la burguesía tradicional, en particular los grandes comerciantes aliados a los HM. Las dos fracciones de la burguesía se oponían a los intereses de las clases populares.

En respuesta, la lac trabajó en la creación de un “tercer campo”. En 1979, el periódico del partido, Bannière rouge, publicó un editorial en el que llamaba a la conformación de lo que él denominaba “un frente popular unido”. Esta coalición estaría compuesta por fuerzas políticas que representaban a las clases populares sirias y se opondría a la vez al régimen sirio y a los HM, al tiempo que trabajaría en reclutar y sacar a las bases populares de esos dos campos reaccionarios[12]. A continuación, la lac explicaba con más precisión que contemplaba ese frente como un instrumento de organización de las clases populares con miras a realizar una revolución social en Siria.

La LAC criticó a los partidos políticos sirios que conformaban la alianza del Frente Nacional Progresista −una alianza de partidos de izquierda y nacionalistas árabes creada en 1972, que apoyaba al régimen de Assad en su violenta confrontación con los HM−, así como a la alianza de izquierda del movimiento nacional libanés y algunas organizaciones de la resistencia palestina. Esos grupos percibían al régimen sirio como una fuerza nacional/patriótica y progresista.

A pesar de sus esfuerzos por intentar convencer a otros partidos de izquierda a través de discusiones y negociaciones con miras a la creación de un Frente Popular Unido, la LAC tenía muy poco peso político para convencerlos de tal estrategia. Sin embargo, unos cuantos meses después de la editorial de Bannière rouge llamando a la conformación de ese frente, otros grupos de izquierda formaron su propia coalición. Estas organizaciones se unieron para firmar lo que llamaron el “Pacto de Concentración Nacional Democrática”[13].

Las relaciones de la lac con la Unión Socialista Árabe, un partido nasseriano dirigido por un antiguo militante de Baath, Jamal al-Atassi, y con el Partido Baath árabe socialista y democrático, ligado al antiguo general baasista de izquierda Salah Jadid, no le valieron un lugar al seno del pacto. El Partido Comunista Sirio-Buró Político (pcs-bp, también conocido bajo el nombre de Buró Político), uno de los firmantes del pacto, vetó la inclusión de la lac.

Los años previos a la firma del pacto habían conocido una hostilidad creciente de parte del pcs-bp contra la lac. La dirección del pcs-bp, en particular su líder Riyad al-Turk, rechazaba toda discusión oficial entre los dos partidos, aunque miembros de las dos organizaciones las mantuvieran en privado. Los dirigentes del pcs-bp acusaron asimismo a la lac de colaborar con las fuerzas de seguridad sirias o rusas para impedir el crecimiento de su propia organización[14].

El Pacto de Concentración Nacional tenía muy poco contenido y muy pocos objetivos ligados a la cuestión de clase. La lac criticó las posiciones de la mayoría de los partidos presentes en el pacto, en particular del pcs-bp[15]. Criticó sobre todo a los firmantes del pacto que consideraban a las acciones de los HM como reflejo más general de los movimientos populares y callejeros, y no de un partido político en particular. Los mismos personajes tampoco condenaban los múltiples asesinatos confesionales cometidos por los HM. Durante los años siguientes, igualmente, adoptaron una posición un poco más severa contra el movimiento de los HM, pero sin hacer una crítica radical al mismo.

A lo largo de los años ochenta, el pac, formado a partir de la lac, buscó constituir un gran frente progresista independiente contra Assad y los HM. Este fue particularmente el caso luego de la terrible masacre de Hama en 1982, cuando llamaron de nuevo a la formación de un tercer campo independiente de esos dos campos reaccionarios opuestos.

Resistencia palestina

La causa palestina estaba en el centro del pac desde los orígenes del partido al interior de los “círculos marxistas” −colectivos políticos aparecidos a principios de los años sesenta.

Los refugiados palestinos en Siria eran a menudo compañeros activos o cercanos al pac. Numerosos miembros del partido participaron en la resistencia armada al lado de la olp y de organizaciones de izquierda palestinas, como el Frente Democrático por la Liberación de Palestina (FDLP) y el Frente Popular por la Liberación de Palestina (FPLP), en los campos de refugiados en Siria, Líbano y Jordania. En algunos casos, compañeros que habían asistido a las sesiones de los “círculos marxistas” perdieron después la vida en operaciones militares lanzadas contra Israel. Algunos miembros del partido fueron batidos al lado de organizaciones palestinas por resistir el sitio de Beirut en 1982 por parte de las fuerzas de ocupación israelíes.

El pac consideraba que la liberación de Palestina iría de la mano del derribamiento de los regímenes regionales y del establecimiento de democracias populares como bases de apoyo a la revolución palestina. La represión de las organizaciones palestinas durante los acontecimientos de “Septiembre Negro” en Jordania en 1970, y la oposición de Hafez al-Assad a la resistencia palestina a Israel al interior de sus propias fronteras, no hicieron más que reforzar la posición del partido.

Su oposición al régimen de Assad se incrementó luego de la intervención del ejército sirio en Líbano en 1976, que fue ampliamente condenada por los grupos de oposición democráticos y de izquierda y por las asociaciones profesionales en Siria[16].

En 1982, el pac envió dos grupos de voluntarios a Líbano para entrenarse con las fuerzas armadas de la olp y servir de apoyo a la resistencia palestina. Antes, durante el sitio militar israelí de Beirut, el pac envió 11 médicos, miembros de o cercanos al partido, a la capital libanesa para ayudar a atender a los resistentes palestinos heridos. Otros miembros fungieron como guardias de los barrios generales de las organizaciones palestinas de resistencia en Beirut, con el fin de que los combatientes palestinos estuvieran en libertad de ir a combatir.

Un año más tarde, el pac jugó un papel clave en el levantamiento de los Comités Populares (1983-1986), un movimiento que reunió a los palestinos en Siria[17]. En su documento fundador, el movimiento se describe como una estructura nacional, democrática y popular, pero no busca convertirse en un partido político formal. En el plano organizativo, cada comité estaba compuesto por entre cuatro y cinco personas reunidas a nivel local al seno de los barrios, o en función de sus profesiones. Los comités eran independientes unos de otros en sus actividades culturales y políticas, y sólo se coordinaban para distribuir la propaganda política y difundir las declaraciones públicas oficiales.

En esa época, los campos de refugiados palestinos en Damas eran centros de intensa actividad política. Las manifestaciones en los campos se multiplicaron, teniendo en la mira criticar los ataques contra los palestinos en Líbano por parte de los grupos y movimientos políticos sostenidos por el régimen sirio. Las fuerzas de seguridad sirias reaccionaron encarcelando a varios cientos de palestinos.

De igual forma, las fuerzas de seguridad redujeron considerablemente los movimientos de los palestinos fuera de Siria, mientras que la continua represión hizo que las reuniones públicas de los grupos palestinos resultaran casi imposibles de realizarse, con excepción de aquellas que eran favorables al régimen o que eran apoyadas por las autoridades sirias.

La represión continuó en el curso de los siguientes años, en particular durante las manifestaciones públicas de 1985 y 1986 en Siria para denunciar las operaciones militares lanzadas contra los campos palestinos de Beirut durante el periodo de la “Guerra de los campos”, así como durante las manifestaciones que tuvieron lugar con motivo de la “Jornada Palestina de la Tierra” en 1986[18]. Luego de esta última ola de represión, las protestas y las manifestaciones disminuyeron considerablemente en los campos de refugiados palestinos. Las fuerzas de seguridad sirias, sin embargo, mantuvieron una política de intimidación violenta contra los palestinos que se encontraban en ellos. En 1990, alrededor de 2 500 presos políticos palestinos se encontraban en prisiones sirias[19].

Apoyo a la autodeterminación de las poblaciones kurdas de Siria

La lac, y más tarde el pac, se distinguía de otros movimientos de izquierda sirios por el apoyo a la autodeterminación del pueblo kurdo en Siria y en la región. Otros movimientos se opusieron o simplemente ignoraron la cuestión de la autodeterminación del pueblo kurdo, mientras que los periódicos y los folletos del pac condenaron, desde los orígenes del partido, la discriminación de los kurdos de Siria.

El pac insistía en la unidad de los partidos revolucionarios árabes y kurdos contra el régimen burgués dictatorial y los partidos reaccionarios —en otros términos, los HM— como único medio de alcanzar la autodeterminación del pueblo kurdo. Sostenía que, así como en el caso de la resistencia palestina, era la unidad desde abajo, de los revolucionarios que querían derribar al régimen sirio, lo que haría avanzar la liberación de la población kurda.

El pac participaba cada año en las celebraciones del Nawruz, el festival del nuevo año primaveral festejado por los kurdos, los iraníes y otros. Este acontecimiento constituía la ocasión para que las comunidades y los grupos políticos kurdos reivindicaran sus derechos nacionales, culturales y democráticos. Las publicaciones del pac describían las celebraciones del Nawruz como un acto de resistencia y afirmación de los derechos nacionales kurdos, en un país cuyo gobierno oprimía a su población kurda.

La opresión era generalizada. En 1986, el régimen sirio prohibió toda expresión pública de las celebraciones del Nawruz en dos suburbios de Damas y reprimió violentamente a los y las manifestantes que, a pesar de todo, se habían movilizado, matando a un joven kurdo e hiriendo a otros. Como respuesta, se organizó una gran concentración, y se bloqueó una ruta principal de la región. Entre las consignas de las y los manifestantes se escuchó, sobre todo, la pregunta: “¿A quién servirá la detención de los comunistas? ¡A todos los reaccionarios!”. En esas acciones participaron miembros del pac y el partido hizo público un comunicado en el que condenaba la violencia policiaca y exigía la liberación de todos los detenidos. El comunicado fue traducido al kurdo.

Hubo intentos de extender el modelo de los comités populares palestinos a la población kurda en Siria, pero fracasaron porque la gran mayoría de los partidos kurdos rechazó crear este tipo de órganos de resistencia colectiva. Además, en el mismo periodo, en 1986, las fuerzas de seguridad del régimen sirio llevaron a cabo una nueva campaña represiva contra el pac, debilitando considerablemente sus actividades.

Las potenciales colaboraciones entre los grupos políticos sirios, árabes y kurdos fueron consideradas durante mucho tiempo como una línea roja por el régimen sirio, que reprimía tales acciones. En el curso de este mismo periodo, recibir a estos grupos por parte del régimen sirio en su territorio, y por parte de algunos grupos políticos kurdos de Turquía e Irak, como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), dirigido por Jalal Talabani, y el Partido Democrático Kurdo (PDK), afiliado a Masoud Barzani, tenía por condición que dichos movimientos se abstuvieran de cualquier intento de movilización de los kurdos sirios contra Damas.

Lecciones para la oposición siria

¿Por qué la experiencia del pac sigue teniendo vigencia en la actualidad? Desde sus orígenes, el pac promovió la idea de que la emancipación y la liberación de las clases populares sirias estaban ligadas a la liberación de las clases populares de la región, en particular a las clases populares palestina y kurda. El pac consideraba a las luchas de estos grupos como suyas, y comprendía ya que ninguna salvación podía venir de los Estados de la región, incluso si oficialmente manifestaban apoyo y simpatía por esas causas.

Esta orientación política contrasta marcadamente con la de los principales órganos de la oposición siria actual en el exilio, en particular con la del Consejo Nacional Sirio y la Coalición Nacional por la Revolución Siria y las fuerzas de oposición, igualmente conocida con el nombre de Coalición Nacional Siria. Desde su creación, estos dos órganos dependieron políticamente de potencias extranjeras y rápidamente adaptaron sus acciones y posiciones políticas en consecuencia con esas potencias. El resultado fue duro: más que ver tomar en cuenta los vínculos entre las luchas populares regionales, los dos órganos de la oposición siria apoyaron frecuentemente las acciones opresivas de esos Estados, así como la opresión de las poblaciones kurdas por Turquía al interior de sus propias fronteras y en Siria, o la guerra del reino saudí contra Yemen.

Al mismo tiempo, la causa palestina fue ignorada y reducida al silencio con el fin de no espantar a los aliados regionales y occidentales. Peor aún, la gran mayoría de los órganos de la oposición siria se opuso a los derechos nacionales kurdos y reprodujo discursos racistas y acciones opresivas contra el pueblo kurdo, apoyando incluso las invasiones y las ocupaciones de Afrin y otras regiones por parte del ejército turco y grupos armados de la oposición siria. Esas campañas militares condujeron a numerosas violaciones de los derechos humanos y obligaron a miles de kurdos a dejar sus hogares.

Finalmente, ningún campo político independiente y progresista ha podido desarrollarse luego del 2011 para oponerse a la vez al régimen sirio y a las fuerzas fundamentalistas islámicas. Por el contrario, el Partido Democrático del Pueblo (la organización que sustituyó al pcs-bp de Riyad al-Turk) y otras fuerzas democráticas y liberales se unieron en una alianza con el movimiento de los HM y con otras corrientes conservadoras de la oposición siria, que eran mayoritarias, para crear el Consejo Nacional Sirio. Una dinámica similar se mantuvo con la Coalición[20]. Además, estos actores no vacilaron en incluir a algunas personalidades fundamentalistas islámicas y en algunas ocasiones intentaron normalizar o defender a los movimientos yijadistas[21].

Es en ese marco que las experiencias y las orientaciones políticas del pac siguen siendo de una gran utilidad: en las estrategias a adoptar a la vez contra el régimen sirio y los movimientos fundamentalistas religiosos, en la construcción de un campo político progresista independiente, y en la lucha por la autodeterminación de los pueblos palestinos y kurdos. Todas estas cuestiones siguen siendo tan actuales como lo eran cuando el pac intentó abordarlas.

La memoria de la ideología política del pac no debe desaparecer. Las lecciones de la resistencia progresista del partido entre las décadas de 1970 y 1990 deben utilizarse para derribar resistencias futuras, que ahí encontrarán su fuerza sin repetir los mismos errores.