Entrevista al exdiputado constituyente y senador peruano Ricardo Napurí
“No sabemos qué vendrá, pero hay una cosa, si la derecha ataca va a haber resistencia popular, porque las masas ya creen en ellas mismas”.
Mario Hernandez: ¿Qué supondría el triunfo de Castillo en Perú?
Ricardo Napuri: Un gobierno de Castillo es lo más incierto que hay. Pero vamos a justificar esto, primero por el país que va a recibir, ya sabemos que se trata de un país corrupto, con una economía en retroceso y quebrada, un país donde el Coronavirus ha depredado a la población, sobre todo la pobre, es el primer país del mundo en muertes y contagios en proporción a su población. Un desastre social y político.
Un gobierno de Castillo tendría que encarar el problema de la corrupción que es infernal, seis presidentes ladrones de miles de millones de dólares, treinta años de economía neoliberal salvaje, también algo inaudito, el Coronavirus que como ya señalé arrasa al país, el problema de la minería, la promesa que ha hecho a la población respecto de la Asamblea Constituyente, después de satisfacer las reivindicaciones más inmediatas de la población.
Diciéndote esto, brevemente, el problema es con qué equipo y en qué condiciones ejercería el gobierno. Lo primero que señalo es que ya el golpe de Estado está presente. Es inaudito que en las condiciones de Perú no se prepare el golpe de Estado. Si la derecha es salvaje en Perú, de tipo oligárquica y ha gobernado en estas condiciones, jamás le van a permitir que gobierne como reformista. Lo sé perfectamente por experiencia histórica y sobre todo de América Latina, que no se deja reformar, para ser reformista hay que ser revolucionario.
Mi experiencia en América Latina, de Allende y todos los que quieran mencionar, cuando la revolución asomó, o huyeron o se pegaron un tiro. Por lo tanto, no es un buen ejemplo. Los reformistas cumplen su cometido, pero cuando tienen que dar el salto cualitativo, como lo dio Cuba, no lo dan. Entonces, vamos a señalar cuales son los puntos a favor y en contra que él tiene.
A favor es que él tiene el apoyo incondicional de las masas, si bien hoy tiene el 50% numérico, va a tener en los primeros meses un apoyo mayor, por lo tanto, va a tener la mayoría popular. El otro tema importante es que en la realidad peruana se ha producido una rebelión de los de abajo, yo dije que parecía una especie de realismo mágico, pero quiero corregirme, hay una rebelión de los de abajo, una rebelión real. Y en el cuadro de América Latina, es un hecho inusitado y también inusitado en Perú. Pasó a ser ahora la noticia, dejando un poco de lado a Ecuador, Colombia que está siempre presente, y Chile. Se incorpora al grupo del Pacífico que está en rebelión respecto del orden existente.
Va a tener que encarar los siguientes problemas, primero como dije, la derecha no se va a dejar reformar, segundo, tienen voluntad de golpe de Estado. El intento que ha hecho Fujimori de desconocer la elección es un aviso. Habría que ser muy inocente para pensar que las fuerzas oligárquicas lo van a dejar gobernar, si no quiere a Cuba ni a Venezuela, un Perú reformista, radical, con la subversión de las masas, no lo va a dejar pasar tampoco EE UU. O sea, como diría Gramsci, tiene un grupo inmenso de poderes internacionales y nacionales en su contra.
Él lo único que tiene en este momento de sostén son las masas. La experiencia histórica, Bolivia y cualquier otro de la región indica que solamente el apoyo de las masas puede sostener a un gobierno reformista con voluntad de radicalizar lo que se llama el progresismo capitalista. Porque no hay que pensar que él puede ir inicialmente a medidas que signifiquen un anticapitalismo radical. Eso no va a ocurrir inicialmente.
Lo otro que tiene de negativo es que no tiene partido, es un sindicalista que rompió con su matriz, con la dirección que venía burocratizada desde hacía muchos años, se calificó porque dirigió una huelga en 2017 que duró dos meses y eso lo promovió inicialmente. Es un sindicalista de provincia, pero tiene una cierta experiencia sindical y no es ingenuo. Pero no tiene partido, ni tradición de partido. Incluso el hecho de haber integrado una lista electoral que no le es propia. Entonces va en soledad al gobierno, depende de quienes lo apoyen, ya lo ha hecho Verónika Mendoza, los intelectuales que quieren contribuir por la izquierda a su gobierno. Pero él mismo no tiene un ejercicio de partido ni de poder y, obviamente, tiene una experiencia limitada en ese sentido, incluso de carácter cultural. Cómo lo va a resolver, no lo sabemos.
Cómo va a devenir este cuadro de situación, cuando la derecha va a estar a la ofensiva, con unas FF AA que se han demostrado conservadoras, incluso han insinuado que no aceptarían un orden alternativo al capitalista. El montón de elementos en contra son extraordinarios. Lo novedoso, real y que hay que ver, es que Castillo cualesquiera sean sus limitaciones personales, está protagonizando un hecho histórico, la rebeldía de los de abajo, de los campesinos, los trabajadores, del montón de gente oprimida en el país que dijo “basta ya” porque el país corrupto, el país de las desigualdades inmensas (el 70% es pobre y de ellos al menos un 10% es marginal), por lo tanto, este país tan desigual con una burguesía de tipo oligárquica y en el cuadro de la situación de América Latina, esto es un hecho inusitado.
Aparece como realismo mágico, porque emerge del desconocimiento que había de Perú, porque otros sujetos políticos existían en otros países, pero no estaba del todo dormido y ahora tiene otra visión y una memoria de combate y aunque los combatientes mineros, campesinos hicieran resistencias, o los maestros u otros aislados, en Perú ha habido jornadas donde las masas se han hecho presentes en la década del 70 al 80 y se expresaron a través de lzquierda Unida y el Focep.
No es la primera vez que las masas aprovechan una rendija y una coyuntura como el caso del Focep, para darnos el 25% de votos en la Asamblea Constituyente. Esta situación en las condiciones del retroceso político, de la aparente derrota de las masas, emergen en la memoria del pueblo todos aquellos oprimidos que han dicho “basta”. Ellos saben qué quieren, que no quieren a los políticos que los engañaron o que han conducido al país al desastre durante muchos años. No quieren la corrupción, no quieren una economía desastrosa, quieren sus reivindicaciones y por último quieren estar presentes en la escena política. Ese es el mandato que tiene Castillo. Cómo lo resolverá tendremos que verlo.
Yo me la paso pensando quiénes podrían ser sus ministros, quien lo podría apoyar legalmente. No hay que olvidar que ha habido un retroceso en el Perú en los últimos 20 años, la intelectualidad, todos aquellos que se expresaban por izquierda, retrocedieron, se acomodaron y se entregaron al sistema. Por esto hoy está esta rebeldía que supone también la posibilidad de que todos aquellos sujetos sociales y políticos dormidos también emerjan y acompañen a las masas en este combate.
De tal manera que la lección de esta coyuntura es hermosa, de un perfil histórico. No sabemos qué vendrá, pero hay una cosa, si la derecha ataca va a haber resistencia popular, porque las masas ya creen en ellos mismos. No va a ser tan fácil, no va a ser una derrota que se produce así porque sí. Y lo demás, no sabemos qué puede ocurrir, hay que dejar el devenir de las cosas.
Se está dando una situación inédita en el país, que acompaña a lo que Chile está gestando y puede gestar en el combate por la Asamblea constituyente, acompaña a lo de Colombia, ayuda a despertar a Ecuador y avisa incluso a las masas y el proletariado argentino que ellas si despiertan tienen un lugar y si la movilización de las masas argentinas se produce para acompañar la rebeldía de los países del Sur estaríamos en un nuevo momento histórico.
No basta decir por los apologistas reformistas del sistema que el populismo puede resurgir o va a ser derrotado, la realidad de América Latina está señalando que la realidad puede ir más allá que lo que se llama el populismo. Si tenemos en cuenta la realidad histórica, si pensamos en América Latina, si pensamos que el capitalismo se puede derrotar solamente con un frente anticapitalista, nosotros anotamos que Perú se incorporó al conjunto de países capaces ya de a través de la movilización, de sus nuevos sujetos, los campesinos rebeldes, la pequeña burguesía rebelde, los obreros rebeldes, todos aquellos que piensan y recuperan la memoria anticapitalista, que puede haber una situación política nueva, pero esa situación puede ir un poquito más allá del centroizquierda y tomar connotaciones anticapitalistas.
**Mario Hernández: Periodista, abogado, defensor de presos políticos sociólogo, militante de izquierda.