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Via Contrahegemonía

El 14 de agosto, el presidente de Bolivia Luis Arce y la alcaldesa de El Alto, Eva Copa se reunieron en un acto por primera vez, luego de la expulsión de la alcaldesa del MAS, de su triunfo en El Alto con el 70% de votos y consolidándose en la escena política como una importante joven lideresa aymara. También, la reunión se da luego que el ex mandatario Evo Morales la acusara de “traidora” a lo que la alcaldesa le exigió presentar pruebas y señaló que el ataque pretendió ocultar la derrota del MAS en las elecciones sub nacionales de Marzo pasado.

Eva Copa recibió a Luis Arce en su bastión, El Alto, núcleo duro de resistencia indígena del país, El Alto es la segunda ciudad más poblada de Bolivia y la primera de La Paz, el objetivo del encuentro fue inaugurar la campaña masiva de vacunación contra el Covid-19 en el marco de un trabajo conjunto entre el gobierno nacional y la alcaldía alteña. La ciudad es clave en la historia de la lucha indígena de Bolivia y protagonista de la “guerra del gas” y la resistencia al golpe de estado del 2019.

La alcaldesa respaldó la gestión de Luis Arce en un contexto socio político de ofensiva desestabilizadora con manifestaciones continuas de parte de la ultraderecha: “Los alteños no vamos a permitir que desestabilicen a nuestro gobierno porque aquí en El Alto nuestro presidente Luis Arce ganó con el 77,7 % una de las ciudades que obtuvo el mayor porcentaje para que hoy sean gobierno. Y así como hemos garantizamos su triunfo, garantizaremos que lo concluya porque trabajarán por nuestro pueblo”.

Luis Arce fue recibido por una multitud de alteños que le gritaban: “Lucho, hermano, El Alto está contigo”, a lo que el presidente respondió: “Si El Alto está con Lucho, Lucho está con El Alto” (…) “Nuestros hermanos alteños no están solos, aquí está el gobierno nacional trabajando para que puedan gozar de una vacunación masiva”.

Por otra parte, el 26 de agosto otra reunión importante se llevó a cabo, el presidente Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca recibieron en la casa de gobierno a los Ponchos Rojos de la provincia de Omasuyos de La Paz, quienes también respaldaron al gobierno. Los Ponchos Rojos fueron los principales aliados del líder indígena Felipe Quispe “El Mallku” y ante su fallecimiento apoyaron como gobernador de La Paz a su hijo Santos Quispe de “Adelante Pueblo Unido” (APU), así como también a Eva Copa de “Renueva El Alto”.

Tanto el sector de Eva Copa como el de los Ponchos Rojos son críticos férreos a la izquierda tradicional y colonial de Bolivia integrada por el llamado sector “intelectual, blanco, de clase media” del MAS que integran el “entorno” de Evo Morales. Y en los que recaen múltiples acusaciones, principalmente la de cerrar el paso a los nuevos liderazgos indígenas, especialmente de mujeres indígenas y utilizarlos como escalera para acceder al poder político a costa de su lucha. Estas acusaciones coinciden con las que llegan del ala indígena al interior del MAS.

El respaldo de Eva Copa a Luis Arce es muy importante para amortiguar una embestida desestabilizadora de la ultraderecha, puesto que si Eva Copa decide no movilizar a su gente de El Alto ante un intento de nuevo golpe como afirmó hace un tiempo atrás, la situación sería como mínimo de incertidumbre. A su vez, también es importante el respaldo de los Ponchos Rojos muy respetados dentro del mundo indígena en Bolivia.

La reunión de Luis Arce, Eva Copa y Ponchos Rojos revelan una jugada maestra, estratégica e inteligente de parte Luis Arce y David Choquehunaca en el medio de un contexto político y social delicado en el país. Ambos son los políticos que conservan una imagen positiva alta, generan “unidad” y han logrado enlazar a sectores que otros figuras no podrían lograrlo, como es el caso Eva Copa y Los Ponchos Rojos. Incluso el diputado Juanito Ángulo del MAS en las últimas horas afirmó: “El MAS es amplio y no se cierra si Eva Copa quiere retornar”. A lo que Eva Copa sentenció: “Nunca más con el MAS, tengo otros proyectos”.

Principales factores que revelan el complejo contexto social-político en Bolivia.

1-El sector de la sociedad que afirma que hubo “fraude electoral” el 2019: Recientemente el ministerio público cerró el caso “fraude electoral” en base a una auditoría de la Universidad de Salamanca. Lo que desató manifestaciones en contra del cierre del caso convocadas por el comité pro santa cruz y la CONADE (Comité Nacional de Defensa de la Democracia) que impulsaron el golpe del 2019. Desde estos comités sostienen que se “allana el camino a la candidatura presidencial de Evo Morales en el 2025”.

Por otro lado, a la de cabeza de la presidenta de la asamblea de DDHH de Bolivia (APDHB) se exige que la investigación a Jeanine Áñez se lleve a cabo en libertad. Otras exigencias se suman: la liberación de algunos detenidos y el cese de la “persecución política”. Tras la presentación del informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), la hija de Áñez junto al arco de la derecha aceptan la investigación de la ex mandataria de facto, pero en iguales condiciones que a Evo Morales porque interpretan que al señalar en dicho informe que “existió vulneración de los derechos humanos desde Septiembre a Diciembre del 2019”, debería investigarse también al ex mandatario Evo Morales.

La narrativa de “fraude” la sigue marcando la OEA como en el 2019. Los mismos 23 ex jefes de estado de derecha que exigieron la no repostulación de Evo Morales el 2019, tras el intento de suicidio de Áñez responsabilizaron a Luis Arce de “la vida y la integridad personal” de Áñez.

Las manifestaciones se dan en diversos puntos del país: Santa Cruz, La Paz y Cochabamba de manera permanente y creciente en el país. Y con enfrentamientos entre “masistas” y “pititas” (seguidores de los golpistas) y con algunos heridos como en el caso de las manifestaciones en inmediaciones de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y en la cárcel de Miraflores donde se encuentra Añez. Se suman un paro de las reclusas para exigir mejor condiciones dentro la cárcel y que se vayan del lugar los manifestantes de ambos bandos.

2- El sector de la sociedad que sostiene que hubo “golpe de estado”: Piden que Jeanine Añez siga presa mientras sigue su proceso en la justicia, pues advierten peligro de fuga. El tribunal supremo de justicia envió al parlamento la acusación para que autorice un juicio de responsabilidades que solo es posible previo acuerdo con la oposición porque se requiere dos tercios de votos y el MAS no tiene la mayoría especial que necesita. La oposición golpista condicionó su voto positivo a una reforma judicial que garantice una “justica neutral” amparándose en el informe del GIEI.

3- El sector que sostiene que estos relatos de golpe/fraude solo polarizan a la sociedad: Sostienen que ambos polos responden a intereses políticos personales y no a una búsqueda real de justicia. Por un lado, el caso “fraude” que fue cerrado responde a los intereses de la ultraderecha y por otro lado, el caso “golpe de estado” responde a “limpiar la imagen de Evo y su entorno”. Para este sector hay que diferenciar el caso “golpe de estado” que tiene de víctimas a al ex mandatario Evo Morales, al ex vicepresidente Álvaro Linera, a la ex presidenta del senado Adriana Salvatierra y al ex presidente de diputados Víctor Borda, de los casos de las “masacres de Senkata y Sacaba” que señalan a las “reales víctimas”. Son procesos diferentes, con delitos y víctimas diferentes, con tiempos y tratamiento mediático diverso.

4- Los golpistas son funcionarios en el eje metropolitano del país: Fernando Camacho es gobernador de Santa Cruz, Iván Arias ex ministro de facto es alcalde de La Paz, Manfred Reyes Villa es alcalde de Cochabamba. Si bien, este último viene haciendo un papel de “demócrata” con el objetivo de proyectarse como candidato a presidente del país 2025 como una opción “moderada”, su pasado lo condena como líder de la llamada “Media Luna” desde donde se impulsó el intento de golpe del 2008.

5- La división del MAS-IPSP: La ultraderecha conoce al detalle esta pugna, la aprovechan y la potencian. Conocen las fortalezas y las debilidades del MAS. Conocen las relaciones entre los polos de poder: 1- El gobierno de Luis Arce y David Choquehuanca, 2- Evo Morales (presidente del MAS) y su “entorno”, 3- El pacto de unidad, 4- La central obrera boliviana (COB).

6-La estructura golpista se encuentra intacta dentro el Estado: Esta situación fue clave durante el golpe del 2019 para hacer inteligencia. A diario se denuncia a través de las redes sociales a personas que trabajan en el Estado y pertenecieron al gobierno de facto, incluso algunos recientemente han sido designados. Nadie se hace cargo de ello. Un caso paradigmático es el caso del presidente de Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) formó parte del ex gobierno de facto de Áñez, motivo por se lo desconoció y se tomó la planta de litio del salar de Uyuni.

7- Reemplazo de la dirigencia del “Pacto de Unidad de la Resistencia”: Son los dirigentes que lo integraron durante el golpe de estado del 2019. Con sus virtudes y defectos estos tienen la experiencia de lucha resistiendo el golpe y su consecuente triunfo recuperando la democracia. Algunos afirman que fueron “aislados y difamados”. Un ejemplo es el de Segundina Flores ex líder de la Confederación de Mujeres Indígenas Bartolina Sisa de Bolivia, denunció al “entorno de Evo” de estar detrás de su inexplicable salida de la organización, pese a su rol protagonista durante el golpe de estado y de integrar el reducido grupo que acompañó a Evo Morales al quedarse solo durante el golpe, pues su “entorno” completo había salido del país antes que el mismo ex mandatario. Agregó que pusieron a otra mujer aceptada por el “entorno de Evo”. Actualmente es víctima de una campaña sistemática de difamación desde que se filtró una foto de portales ligados al “entorno de Evo”. En la foto Segundina se da la mano con el golpista Arturo Murillo durante el acuerdo para poner fin a los conflictos el 2019, del que participó el pacto de unidad y la central obrera boliviana (COB).

8- Una central obrera boliviana (COB) enfrentado al “entorno” de Evo Morales: La C.O.B. no participó ni del congreso del MAS, ni del reciente encuentro nacional convocado por el ex mandatario, pues está enfrentado con su “entorno”.

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